domingo, 27 de noviembre de 2022

La miseria política o, el porqué de la incompatibilidad del empirismo con la política

 Muy buenos días, camaradas, ya no había escrito nada por aquí desde que actualicé mi crítica a la izquierda miserable, y este artículo, principalmente será una segunda parte del anterior, sin embargo, este artículo no tendrá un enfoque particular con la izquierda, sino que será una crítica más enfocada hacia la derecha y el panorama político general de la actualidad desde una perspectiva teórica-filosófica, así que sin más, comencemos:

Una de mis críticas a la izquierda miserable es su abrazo del empirismo y su abandono de la dialéctica, sin embargo, algo que hay que aclarar es que la crítica viene porque precisamente es ese empirismo no tematizado es lo que siempre ha caracterizado a la derecha en su miseria, y lo más grotesco de esto es que la derecha funciona precisamente por medio de su propia miseria, es decir, de su fracaso cínico constante, mientras que para la izquierda significa un craso error adoptar estas posturas, y ese es el motivo por el que criticaré a la miseria de la derecha y del panorama político actual, lo cual -por supuesto- es triste, pero no deberíamos abandonarnos a un pesimismo total que siempre nos lleva al escepticismo o al relativismo, sino que precisamente es donde debemos aprovechar es abandonar la pseudo-actividad y agarrar el gesto idealista de regresar a pensar, ya que el acto en la actualidad se encuentra en una ceguera total y por lo tanto, en un callejón sin salida que se repite como un bucle.

Uno de los motivos por los que escribo este artículo es porque mi buen amigo Mauricio Delpir de la cuenta de Instagram pensarconzizek ha estado publicando unas críticas muy sólidas a la filósofa analítica y youtuber Roxana Kreimer, que a pesar de que en algunos puntos puede tener razón -casi siempre por las razones equivocadas, cabe decir-, en general comete el error de abrazar al dato como la única forma existente de condensar a la realidad y como forma de refutar a lo opuesto, cosa que termina siendo engañosa y una demostrada falacia, porque si bien, el dato puede tener una base consistente en la realidad, lo que lo hace un arma de doble filo es la forma en la que se le recopila y se le acomoda, pues para mal, por más que el dato pueda ser verídico y comprobable, el simple hecho de que se le pueda a recopilar o acomodar de una u otra forma es donde pueden surgir las mentiras más eficientes y esto es precisamente lo que hace la derecha más negacionista y pseudocientífica, pues para poner un ejemplo: 

Cuando un escritor toma un dato y lo acomoda de tal manera que concuerde con su ideología política, por más que el dato sea verídico y comprobable, no deja de ser una mentira, esto nos lleva a Lacan cuando habla de los celos como patología, pues cuando un marido o un novio sospecha de que su mujer lo engaña con alguien y lo descubre, lo que debemos tener en cuenta NO es si el tipo estaba en lo correcto o en lo incorrecto cuando confirmó su sospecha, sino el motivo por el que tuvo que recurrir a los celos con el fin de mantener su identidad y esto es lo que pasa con el empirismo: NO importa en lo absoluto si el dato es verídico, sino, el motivo por el que el escritor seleccionó al dato con el fin de mantener su identidad política-ideológica, y es aquí donde nuestra responsabilidad como izquierdistas es demostrar que agarrar al dato como referencia política es jugar con fuego, pues es de esta manera que los nazis en su estúpida paranoia con los judíos que pudieron agarrar datos completamente verídicos y usarlos como motivo de exterminio masivo con fines racistas, lo que nos lleva al siguiente punto, que es de cómo la lógica populista parte del empirismo y de cómo el mismo proceder que hicieron los nazis con el dato, lo sigue repitiendo la derecha de muchas formas.

Cuando hablamos de populismo, lo que más deberíamos evitar a toda costa es la idea de que el populismo es simplemente algún tipo de extremismo o fundamentalismo que nos impide ser "objetivos" y más bien ver que esta "objetividad" es inherentemente populista, pues precisamente la lógica de esta idea es una de corte empirista que parte de una cosmovisión totalitaria/relativista/monista en el que el mundo o la sociedad se ven como una totalidad orgánica, indiferenciada, que funciona bien hasta que irrumpe un intruso corrupto que antagoniza a dicha totalidad, esta es la verdadera lógica populista: la externalización del antagonismo, entonces aquí nuestro proceder es demostrar que el "centro" no es simplemente inexistente, sino que ES en sí mismo, la lógica populista propia de la derecha y este es también el motivo por el que la tecnocracia y sus "administraciones de expertos", el laissez-faire y demás, son en efecto, populistas.

En el artículo anterior afirmé que la tecnocracia era una experiencia solipsista, y es aquí donde quiero explicar eso, pues precisamente la retórica con la que la tecnocracia se legitima parte de la misma lógica que expliqué, es decir, para el tecnócrata, la sociedad es una totalidad orgánica/ya resuelta que se ve perturbada por los "políticos" y su exceso de "subjetivismo", y solo un experto, con su conocimiento objetivo, puede solucionar esos problemas, lo mismo para el repulsivo y miserable defensor del laissez-faire que se autonombra a sí mismo "libertario", "anarcocapitalista", "minarquista", "agorista", "objetivista" y demás payasadas por el estilo, que ve en el estado a un intruso corrupto que no deja desbloquear los potenciales de un mercado completamente "libre", y es aquí donde debemos desenmascarar la lógica relativista propia de este tipo de razonamientos, pues por ejemplo, la tecnocracia fetichiza al conocimiento de una manera solipsista en el que toda diferencia queda anulada por medio de la "objetividad" y el anarcocapitalismo fetichiza al mercado como algo natural o ya resuelto, y aquí, parafraseando al historiador israelí Yuval Noah Harari, precisamente cuando el empirismo se ha combinado con política, es cuando han surgido los peores movimientos o pensamientos políticos de la historia como la eugenesia, el racismo científico, el darwinismo social, el fascismo, el estalinismo y sí, la tecnocracia, y lo que comparten todos estos movimientos es su proceder perverso de cuando un líder se instrumentaliza y se ve a sí mismo como el portavoz del gran Otro, es decir, se encuentran en las antípodas de la Ilustración. Aquí es donde también sigo sosteniendo mi crítica al "lenguaje inclusivo", porque precisamente parte de la misma premisa en la que el lenguaje se ve como algo que está o debería estar "resuelto", y que precisamente el genérico masculino "todos" que incluye a ambos géneros sin totalizar al género femenino, se convierte en más de lo mismo y por lo tanto, en una retórica que externaliza al enemigo en la diferencia genérica gramatical.

Entonces, lo que debemos hacer como izquierdistas es desenmascarar a la lógica empirista como la ideología por excelencia de nuestros días, porque precisamente lo que en verdad se busca por medio de la ideología es algo asquerosamente anti-intelectual y deshonesto: que NO pensemos, que NO cuestionemos, NI critiquemos, que todo funcione de acuerdo a un conformismo vulgar que se asume a sí mismo como "contestatario" o "subversivo", y esta es curiosamente la misma ideología que estuvo presente en los regímenes totalitarios del siglo XX, pues para que funcione el totalitarismo se necesita de un cinismo en el que se sepa perfectamente que lo que se hace está mal pero aún así se sigue haciendo sin más, y ahora que el capitalismo ha tenido un giro totalitario a través de los populismos, las tecnocracias y de la completa sumisión del estado a las dinámicas del mercado, nuestro deber es hacer que esto se haga notar y que la gente regrese a pensar filosóficamente y a politizar sus condiciones materiales.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Contra la izquierda miserable, la corrección política y el totalitarismo (nueva edición)

 Muy buenos días tengan todos ustedes, camaradas, antes que nada, he decidido re-escribir este artículo con el fin de condensarlo y de no ser tan aplastante en mis críticas, aún así, mantendré la parte crítica, sin embargo, agregaré algunas aclaraciones y explicaré más mis puntos, ya que en el anterior, sentí que mis críticas podían prestarse a ciertas ambigüedades o a que de plano se pensara que decía exactamente lo contrario a lo que en verdad quise decir, igualmente decidí hacer más corta esta versión con el fin de que tenga una mejor lectura. Sin más que agregar, vamos al artículo:

Para explicar la noción de la "izquierda miserable", tendremos que usar algo de historia y remontarnos a lo que vino después del Mayo Francés, pues de 1969 a 1973, la contracultura sesentera vino cuesta abajo y pronto se demostró que su potencial político se había agotado cuando el capitalismo comenzó a adoptar eslóganes que alguna vez fueron anticapitalistas y el primer experimento neoliberal se instauró un 11 de Septiembre de 1973, siendo este, el tiro de gracia a los 60's por parte del capitalismo, igualmente habría que mencionar que por ejemplo, el hedonismo y el consumo de drogas dejaron de tener un potencial político y más bien se convirtieron en un escapismo político, tal y como lo podemos notar en la vida nocturna de las discotecas o incluso en la vida de decadencia y drogadicción de muchas figuras del punk. Y en este agotamiento tan rápido del potencial político de las luchas del 68, la izquierda quedó despojada de un proyecto político viable como alternativa al capitalismo, que ahora prometía una reducción de la burocracia y cumplir todas las expectativas de los trabajadores, por lo que ahora, el capitalismo era lo flexible y el viejo socialismo era lo conservador, burocrático y cerrado, y así pasan los 70's y llegan los 80's, cuando comienza la internacionalización del capitalismo tardío, con sus caras más conocidas: Margaret Thatcher y Ronald Reagan, y pronto llegaría el final del "socialismo realmente existente" con la caída del bloque oriental en 1989 y la atrevida afirmación pseudo-hegeliana de Francis Fukuyama de "el Fin de la Historia", dejando en claro que la izquierda estaba en una miseria teórica/política de la que hasta la fecha, no se ha podido recuperar del todo.

Con el pasar del tiempo, la izquierda ha abrazado el Fukuyamismo/Thatcherismo, es decir, la idea de que el capitalismo es lo único viable ante el fracaso del "socialismo realmente existente", pero no solo eso (que ya de por sí es lamentable), sino que también la izquierda ha ido abrazando los peores vicios de la derecha, como por ejemplo, el totalitarismo (aunque hemos de aceptar que no es algo nuevo, sino que Stalin, Hoxha, Mao, Tito, los Kim y demás, habían abrazado ese vicio reaccionario) y por supuesto, el nacionalismo y los negacionismos de distintos tipos, igualmente el abrazo de la izquierda por la influencia del post-estructuralismo ha sido una parte responsable de esta miseria, aunque no la única, ya que por ejemplo, existen izquierdistas miserables que han abrazado la crítica y el rechazo al legado post-estructuralista, pero no dejan de ser miserables por el hecho de no tener un proyecto político viable (siguen reivindicando al fallido y muerto proyecto estalinista) y de abrazar incluso tácticas de corte terrorista (como es el caso del Frente Obrero de España), sin embargo, no se puede decir que todo esté perdido, ya que por ejemplo, en latinoamérica, existen al menos tres proyectos políticos más o menos viables que no han caído en ese patetismo, a pesar de que hay cosas de sus proyectos pueden ser criticables o cuestionables, como son los casos de la 4a Transformación de Andrés Manuel López Obrador en México, el socialismo democrático boliviano de Evo Morales, la socialdemocracia de Pepe Mujica en Uruguay y el aún nuevo proyecto de Gustavo Petro en Colombia.

Ahora, pasaré a listar las corrientes que pertenecen a la izquierda miserable:

1. Progresismo liberal:
El hecho por el que el progresismo liberal forme parte de la miseria izquierdista es por el hecho de que apoya plena y apasionadamente al proyecto capitalista, rozando o poniéndose puntualmente dentro de la lógica del neoliberalismo, así como también, es muy común que tenga un fuerte lazo con la tecnocracia, pero igualmente algo que hace que el progresismo liberal sea miserable es su influencia post-estructuralista, que lejos de ser una lógica contra el capitalismo, es más bien la forma en la que lo reproduce ideológicamente hablando, pues precisamente la idea de que la modernidad es un proyecto "inconcluso" y que cada quien puede crear su propia modernidad alternativa, es algo que definitivamente tiene que criticarse, pero lo peor del progresismo liberal es su abrazo total a la corrección política, que muy a pesar de que en principio, uno pueda estar de acuerdo en buscar acabar con el machismo, la homofobia, el racismo y demás, en donde está el problema no es su principio, sino en su forma, que ya abordaremos más adelante.

2. Marxismo rancio con tendencias derechistas
Esta es tal vez la más patética y miserable, precisamente porque es cada vez más común que los viejos marxistas abracen el discurso propio de la derecha populista o que incluso abracen su fundamentalismo religioso, como es el caso de los gustavobuenistas de Oviedo, que al abrazar la filosofía del ultraderechista Gustavo Bueno, han abrazado un cripto-falangismo que nos hace dudar si en verdad son marxistas o si se trata de una versión española del llamado "nacional-bolchevismo", lo mismo va para el partido Frente Obrero y sus tendencias terroristas ante el enemigo "posmodernista".

3. Anarquismo y libertarismo
Aquí se encuentra una de las tendencias más miserables, pero al mismo tiempo, la más estúpida teóricamente hablando, pues el simple hecho de abrazar el pseudo-ascetismo capitalista de no involucrarse en el poder estatal, lo que los lleva a una marginalidad que lejos de ser una resistencia, resulta ser un movimiento que no sirve para nada.

4. Populismo de izquierda
Llegamos al menos peor, aunque aún así sus tendencias autoritarias y sus callejones sin salida heredados del empirismo británico son cosas a criticarle a esta tendencia, porque precisamente es el abrazo al viejo discurso derechista de externalizar torpemente sus propios fracasos en un agente externo corrupto que le impide realizar sus "potenciales bloqueados", este es el problema con el chavismo en Venezuela y con SYRIZA en Grecia.

Ya aclarado todo sobre la izquierda miserable, vayamos al apartado de la corrección política:

La corrección política es un síntoma de ese rechazo constante de la izquierda a aprender de sus fracasos políticos/errores históricos, pues lejos de ser algo "izquierdista", más bien se trata de una hiper-moralización burguesa que es inherentemente reaccionaria, porque lejos de acabar con los problemas que busca acabar, más bien los intenta ocultar en un gesto de patética impotencia en el que al abrazar ese empirismo propio de la filosofía analítica, lejos de llevarnos a pensar, se externaliza al antagonismo muy en la lógica populista, ya sea en el lenguaje o en otras cosas como el arte, la literatura y demás, es el pataleo patético de una izquierda que no quiere aceptar que se está ahogando en su propia miseria filosófica/teórica/política y que ante ese hundimiento, tiene que recurrir a la censura con el fin de no tener que tocar los problemas que supuestamente busca eliminar.

La forma más difundida en los países hispanohablantes de la corrección política es el mentado "lenguaje inclusivo", del que antes de pasar a criticarlo, pasaré a advertir que esta parte del artículo podrá ser incómoda para muchos camaradas, ya que mi crítica será como agarrarlo a patadas y desenmascararé su reacción inherente con el marco teórico de hegel-freud-lacan-marx-zizek, y también temo que será decepcionante para los defensores de un organismo como la Real Academia Española, ya que precisamente la crítica que haré, será precisamente a la lógica tecnocrática del "lenguaje inclusivo" y el hecho de que la RAE también actúe como un organismo tecnocrático, es la razón por la que NO tomaré sus argumentos y más bien me iré con una perspectiva politizada de corte hegeliano-freudiano-lacaniano-marxista-zizekiano, ya que creo que es mucho más pertinente tocar el tema de las consecuencias filosóficas y políticas del fenómeno que las de una simple cuestión de lingüística.

El orígen del "lenguaje inclusivo" está en disputa, ya que unos se lo atribuyen a la ONU y un panfleto de corte feminista, pero también se dice que su orígen está en una universidad privada de Argentina, donde unos alumnos de clase alta lo crearon, aunque sea lo que sea, NO es lo más importante, sino sus implicaciones filosóficas y políticas.

El "lenguaje inclusivo" parte de la premisa de que el idioma es inherentemente machista, y que el genérico masculino "todos", "nosotros", "otros" y demás lo que hace es invisibilizar a la mujer y las demás identidades/orientaciones sexuales (me rehúso a usar "género" para evitar confusiones), y que por lo tanto, la gramática del Español es un campo de lucha en el que se debe eliminar su tendencia "patriarcal" al neutralizarlo por el uso de la "e", la "x" o la "@" en palabras que usualmente se usan con el genérico masculino como "todes", "nosotres", "otres" o en desdoblar a la gramática para usar "todos y todas" y demás, con el fin de visibilizar a esas identidades sexuales que el patriarcado "ha invisibilizado", el primer problema con esta premisa es que a leguas se trata de una lógica empirista muy propia de la filosofía analítica, pues ante el rehúso de ponerse a pensar seriamente, se elimina el legado hegeliano propio de la izquierda -es decir, de reconocer la constitución antagónica inherente a la sociedad- y se pasa a abrazar la lógica reaccionaria -propia del empirismo- de ver a la sociedad como una totalidad "orgánica" y "armoniosa" que es interrumpida por un intruso corrupto externo que introduce el antagonismo a esa totalidad -en este caso, el "intruso corrupto" sería la gramática y su convención genérica-, lo que podemos ver aquí es que efectivamente, la corrección política en cualquiera de sus presentaciones, es el abrazo de la lógica fascista/tecnocrática/totalitaria por parte de la izquierda y en específicamente en el caso del "lenguaje inclusivo" se trata de una semiótica totalitaria que ve al lenguaje como una totalidad "orgánica" que se ve perturbada por la introducción del género gramatical que es la forma en la que el lenguaje marca la diferencia, no solo sexual, sino que en general, la convención del género sirve para poder hacer la diferencia entre los objetos de la vida real, los cuales, en su mayoría, CARECEN de sexo.

Ahora, la premisa del "lenguaje inclusivo" de que el genérico masculino aplicado en plural como "todos", "nosotros" y demás, se trata de una convención patriarcal, queda refutada por el hecho de que la idea de eliminar la diferencia del lenguaje que es marcada por el género gramatical y de introducir un género "neutral" con la "e", la "x" o la "@", más bien me huele a que se trata de un caso ejemplar del "retorno de lo reprimido", pues según el psicoanalista Sigmund Freud, esto sucedió en las sociedades antiguas que comenzaron siendo patriarcales/totalitarias, y los hombres jóvenes, hartos de la represión del patriarca a sus tribus, deciden matarlo, sin embargo, la imagen del patriarca regresó de una forma deformada o distorsionada: en los dioses y los cultos religiosos, aquí tendremos que citar al psicoanalista argentino Martín Esteban Uranga, quien escribió este artículo interesantísimo en Mayo del 2021 para el periódico Perfil:

"La persistencia en la ilusión de la reunificación entre los sexos es correlativa a las fantasías megalómanas de eternidad. Porque es la diferencia irreductible entre los sexos la herida existencial que cuestiona radicalmente la omnipotencia del narcisismo facilitando así el acceso a la asunción de la finitud. Es lo que en psicoanálisis se denomina castración: la ética de asumir el no-todo, la interdicción de los afanes fusionales y simbióticos de toda índole, y, en última instancia, la inquietante y fecunda libertad que promueve la aceptación  del destino de muerte."

"Un exponente simbólico de la disolución de lo femenino promovida por esta tendencia, nada desdeñable por cierto, es el llamado lenguaje inclusivo. El “TODES”, en nuestra lengua castellana, supone la destitución de la diferencia sexual, y, con ella, de la femineidad en tanto tal, en pos de una expresión que pretende unificar los sexos hasta hacerlos indiferenciables. En nuestro lenguaje, el modo de significar que los sexos no son indistinguibles (ni complementarios) tiene lugar a través de la asunción representativa de lo masculino, que ve acotada su hegemonía por la presencia de la declinación femenina que opera como sustracción. La unicidad (“TODES”) o la complementariedad (el mito de la naranja que surge como reunión de las dos mitades, “TODOS y TODAS”) son dos modos de negar lo imposible del encuentro acabado y total entre los sexos.

La persistencia en la ilusión de la reunificación entre los sexos es correlativa a las fantasías megalómanas de eternidad. Porque es la diferencia irreductible entre los sexos la herida existencial que cuestiona radicalmente la omnipotencia del narcisismo facilitando así el acceso a la asunción de la finitud. Es lo que en psicoanálisis se denomina castración: la ética de asumir el no-todo, la interdicción de los afanes fusionales y simbióticos de toda índole, y, en última instancia, la inquietante y fecunda libertad que promueve la aceptación  del destino de muerte.

Vayamos al lenguaje de signo patriarcal. El “TODOS”, incapaz de subsumir a la mujer en el lenguaje debido a que la declinación femenina persiste como tal, deja en evidencia, a la par que la categoría sexual masculina adopta una función de vanguardia, la imposibilidad de encasillar lo femenino que escapa a su afán de nominación. Si en el lenguaje patriarcal la mujer deja testimonio de su presencia sustrayéndose a la hegemonía masculina, en el “TODES” queda desaparecida detrás de una expresión que, al disolver la diferencia, promueve la unicidad.

El “TODES” realiza los atávicos sueños de una masculinidad opresiva, promoviendo un lenguaje que deja de testimoniar acerca de la imposibilidad de significar el mundo sin resto. Sustrae al lenguaje su condición humana más esencial: la de ser una manifestación de la imposibilidad de significarlo todo. Cuando se cae en la pretensión de que el lenguaje todo lo abarque, la única inclusión que se logra es la que acontece en los campos de concentración, donde todas las diferencias son borradas en pos de un número (al fin la matemática, la cifra, logra lo que el lenguaje nominal resiste). El “TODES” tiene la pretensión del número. Hacer del significante signo, semiótica totalitaria, es decir, pretender significar la totalidad arrasando con las diferencias. Implica, en términos de opresión, un incremento cualitativo respecto del machismo. Supone, podríamos decir, el develamiento y la exaltación del núcleo vero del lado más oscuro del patriarcado: la pretensión totalitaria."

La cita tan larga va con el fin de explicar una parte del problema con el "lenguaje inclusivo", sin embargo, vamos a tener que recurrir directamente a Kant y a Hegel, los grandes del idealismo alemán, quienes introdujeron las nociones de "imposibilidad", "absoluto" y "antagonismo" y tendremos que pasarlo a terminología zizekiana, y es que en términos zizekianos, lo que posibilita la existencia de las 2 alas del espectro político son sus bases filosóficas/teóricas, es decir, la izquierda parte del legado kantiano-hegeliano-marxista que la sitúa en el materialismo dialéctico, lo que la hace negar la existencia de la "neutralidad" y aceptar el carácter antagónico inherente a la sociedad, lo que la hace efectivamente, universalista, mientras que la derecha es idealista y afirma que existe una totalidad "orgánica" que es "neutral" y "particular" al mismo tiempo, esto es lo que hace que la derecha adopte una posición particularista que apela al nacionalismo o a algún tipo de conservadurismo religioso, lo que hace que el "centro" sea efectivamente inexistente, es aquí donde tenemos que darnos cuenta de que la proposición del "lenguaje inclusivo" por "neutralizar" a la gramática se trata de un gesto completamente derechista que apela a una lógica patriarcal que se esconde detrás de un argumento falaz que se disfraza de exactamente lo contrario.

Una de las premisas del "lenguaje inclusivo" parte de la insensata y profundamente reaccionaria cita del crítico cultural George Steiner "lo que no puede ser nombrado, NO existe", pues lejos de ser verdaderamente subversiva, más bien se trata de una frase que confirma la lógica patriarcal del "lenguaje inclusivo", ya que precisamente la idea de "neutralizar" al lenguaje precisamente lo que busca es que los demás NO existan.

Kant y Hegel fueron los que introdujeron las nociones de "imposible", "absoluto" y "antagonismo", y definitivamente estas nociones nos darán un norte sobre el llamado "totalitarismo", y es que especialmente Hegel radicalizó las posturas kantianas con respecto al "imposible" y de ahí radicaba su obsesión con la "nada" o el "absoluto", para Hegel, la totalidad de la que solía hablar todo el tiempo, NO se trataba de una "orgánica" que estaba "ya resuelta", sino de una que contenía en sí misma a sus antagonismos y/o diferencias, a las particularidades, por lo que la totalidad era en sí misma, irresoluble, contradictoria, y esto, pasado al psicoanálisis, sería precisamente la castración, y a todo esto ¿Qué es la "castración"? Se refiere al episodio traumático donde el niño, se ve obligado a salir de su solipsismo en el que todo está indiferenciado y funciona de una manera "ya resuelta", y descubre que las niñas NO tienen pene, por lo que parafraseando a Uranga, el niño se ve obligado a aceptar el no-todo, la incompletitud de lo Real.

El psicoanalista francés Jacques Lacan fue controvertido por varias de sus afirmaciones, pero una en específico es la de "la Mujer NO existe", ¿A qué se refería con tal aseveración? Pues precisamente a una que a los defensores del "lenguaje inclusivo" les dolerá muchísimo, y es que Lacan explicaba que "lo humano" o "la humanidad" NO se trataba de un medio "neutral" en donde los dos sexos funcionan de una manera complementaria, sino que "la humanidad" como espacio de discusión está "ya-sobredeterminada" por "lo masculino", es decir, "Hombre" o "humanidad" son términos intercambiables, precisamente porque incluyen a ambos sexos, pero NO los totaliza/romantiza, mientras que la "Mujer" resulta ser lo Real/imposible, es decir, la "Mujer" es lo que se resiste a la totalización/romantización, y esto exactamente es lo que aplica a la gramática, pues el genérico masculino cuando se aplica a un grupo de personas sin tener en cuenta su sexo biológico, ya está, efectivamente incluyendo a TODOS, aunque no los totaliza en el sentido de dejarlos indiferenciados, y este es el motivo por el que existe el genérico femenino y sirve para señalar a un grupo únicamente conformado por mujeres, entonces, lo que nos queda aquí es afirmar que el "lenguaje inclusivo" se trata del sueño de una PERVERSA lógica patriarcal que en su totalitarismo, busca invisibilizar a las mujeres y a todas las identidades sexuales que no pueden existir en su sueño de una totalidad orgánica/indiferenciada regida por un patriarca con pretensiones narcisistas de postularse como una deidad tribal que niega que la diferencia efectivamente existe, por lo que lejos de incluir a esas identidades, más bien las excluye y las hace invisibles desde la gramática.

Ahora, para parafrasear a Slavoj Zizek, la corrección política se trata de un sistema de disciplina totalitario que lo que realmente busca es controlar nuestra conducta por medio de la censura, esto, por supuesto, tiene un gran parecido -y que dudo que sea coincidencia- con el conductismo de B.F. Skinner, que afirmaba que la única forma de hacer un análisis a un paciente "mentalmente enfermo" era observando su conducta de manera empírica y tirando a la basura toda teoría que postulara la existencia de una "mente", por lo que basado en ello, el paciente debía ser condicionado. Esto por supuesto, fue completamente aceptado por los movimientos tecnocráticos de Estados Unidos, de los que Skinner fue parte, sin embargo, el mismo Skinner -quien postuló al conductismo- hizo un experimento con unas gente sobre cómo sería la tan mentada utopía tecnocrática y con lo que se vió encontrado fue con que justo ahí estaba la fórmula del totalitarismo, en el hecho de tener a un sistema controlado por "expertos", y eso es precisamente la corrección política, un peligroso totalitarismo de raigambre conductista en el que los "expertos" asumen el papel de que efectivamente saben mejor lo que nosotros queremos que nosotros mismos.

Para concluir, quisiera hablar sobre los tecnócratas, pues uno de los discursos que suelen usar para legitimarse es que todos los episodios desafortunados de la humanidad son culpa de los "políticos" y su "exceso de subjetivismo", sin embargo, tendremos que invertir este discurso y más bien, los mayores infortunios de la humanidad han sido perpetrados por los "expertos" y su exceso de relativismo, o para parafrasear a Hegel, el relativismo/subjetivismo del tecnócrata radica precisamente en su condición de "experto", pues precisamente la "experiencia" sólo puede darse en un nivel subjetivista y ese es el hecho por el que la idea de una "objetividad" se ve desmoronada en el psicoanálisis lacaniano, cuando hace la distinción entre "la realidad" y "lo Real", pues "la realidad" pasa a ser la experiencia empírica de lo que percibimos de lo Real, por lo que está atravesada por el fantasma (o términos zizekianos, la ideología) y esto NO nos permite ver las cosas "tal y como son", mientras que "lo Real" es lo imposible, lo que se resiste a la totalización/romantización (al igual que la "Mujer"), entonces, la tecnocracia pasa a ser un régimen en donde un sujeto pervertido asume directamente su papel de amo y en esa misma asunción, asume que sabe lo que el gran Otro (los demás) quiere, la cosa es que esta asunción no es más que la completa locura, pues como diría el mismo Lacan: "El loco es un Rey que está convencido de que es un Rey", y en su fetichismo por el conocimiento, el tecnócrata está inmerso en una experiencia solipsista donde asume que nada existe más que él mismo y ese es el motivo por el que como izquierdistas, debemos pelear con capa y espada ante algo tan asquerosamente reaccionario como la tecnocracia y su solipsismo más conocido como "totalitarismo".